El 3 de noviembre de 2023 fue un día muy triste. Estaba frío, lluvioso y vestía de luto. En medio de la congoja, y también de las risas que surgen como bálsamo cuando uno se siente mal, esa tarde, hace más de año y medio, sembramos la semilla de este Barequeo que hoy 15 de junio de 2025 por fin sale a la luz. A continuación les cuento la historia.
Ese viernes a las 2:00 p. m. se celebró en la Catedral de Manizales la misa por las exequias de Nicolás Restrepo Escobar, quien durante 22 años dirigió La Patria. Murió muy joven, víctima de un cáncer feroz. La Catedral es enorme pero no hubo silla para tanta gente. Abundaron los políticos y lagartos, que no pierden oportunidad para hacerse ver, pero también asistieron muchas personas que de verdad sentían afecto y gratitud por Nicolás, un hombre sereno, generoso y respetuoso, como nos consta a quienes fuimos columnistas del periódico cuando él lo dirigió.
A la salida de la misa nos reunimos Ana María Mesa, Alejandro Samper, Camilo Vallejo y yo, para tomarnos un café en Tazzioli, en el segundo piso de la Catedral. Hablamos de la mucha falta que haría Nicolás y lo tristes que nos sentíamos por su muerte, pero matizamos ese duelo con las risas por las anécdotas de Alejo como novato buscador de oro. A los ocho días Alejandro escribió una columna a raíz de ese encuentro, y poco tiempo después publicó una historia de su experiencia como pichón de minero en UM Central, con la que ganó el año pasado un premio de periodismo. Acá la pueden leer.
En medio de ese diálogo de amigos dijimos: qué bueno sería montar un medio digital, un lugar donde pudiéramos publicar nuestras columnas. Ana María había dejado hacía rato su columna en La Patria y Alejandro lo había hecho unos meses atrás, para abrir su propio espacio en la web, con el que no se estaba haciendo millonario, pero entre las donaciones digitales que recibía y las pepitas de oro que encontraba en el río ajustaba para los tintos.
Dijimos qué bueno sería montar un medio digital, pero inmediatamente surgieron los peros: ¿de dónde vamos a sacar la plata? ¿de dónde vamos a sacar el tiempo? Los cuatro trabajamos, vivimos con la agenda a ras y el sueldo ídem, pero aún así creamos un grupo por Whatsapp que en un arrebato de originalidad bautizamos como “Los cuatro”. Allí empezamos a darle forma a este proyecto.
En febrero de 2024 escribí una columna en La Patria que empezaba con este párrafo: “A mí también me encantaría tener mi propio medio de comunicación. Sueño un mecenas que financie la quimera de pagarle honorarios a un equipo de diseñador, ilustrador, fotógrafo, periodistas y columnistas, para publicar historias sobre el amplio mundo de la cultura y el medio ambiente, desde el Eje Cafetero”. El domingo que salió publicada una empresaria de Manizales me escribió y me preguntó “¿Qué necesitan?” Fue un gesto bonito, que agradezco. Pero fue también muy diciente que una única persona reaccionara.
Como no resultó mecenas y para tener tiempo libre necesitamos jubilarnos, decidimos seguir adelante compensando las carencias con lo que sí tenemos: ganas. Por Whatsapp hicimos lluvia de ideas sobre el nombre. Surgieron varios, pero el 27 de marzo de 2024 Camilo escribió en el chat: «me levanté pensando que nuestro sitio podría llamarse «Barequeo«. Nos gustó de inmediato. Queremos un medio en el que los lectores encuentren pepitas de oro y queremos también un periodismo artesanal, lento, en donde ni los textos ni los títulos sean escritos pensando en atraer millones de clics. Hay medios que le apuestan a un periodismo que parece megaminería a gran escala y nosotros le apuntamos con gusto y confianza al barequeo tradicional, tan conocido en nuestro territorio.
Con el nombre claro, alguien cercano nos hizo el favor de diseñar el logo y en agosto compramos el dominio en la web y creamos las redes sociales. Hacia noviembre de 2024 empezó el diseño de la web.
¿Para qué crear un medio si ya hay otros aquí? Como Bartleby, el escribiente, podría decir “preferiría no hacerlo” porque para qué enredarnos la vida con otra tarea adicional. No obstante, preferimos hacerlo porque nos gusta escribir y sabemos que en el Eje Cafetero hay otros (y otras, por supuesto) que también quieren hacerlo y quizás no encuentran dónde publicar; porque la pluralidad de medios y de voces fortalecen el diálogo público; porque queremos un punto de encuentro para conversar, debatir y para conocer más sobre lo que ocurre en este territorio; porque hay temas, gente y lugares que pueden tener más visibilidad; porque registrar los hechos y dejar memoria siempre es pertinente; porque llevamos décadas oyendo hablar de crisis del periodismo y sin embargo el periodismo es indispensable en las democracias; y porque este oficio que amamos es una pasión que necesita pista de aterrizaje y esa pista son los medios y no las burbujas de las redes sociales que funcionan como cámaras de eco, en donde el algoritmo privilegia lo que tiene más posibilidad de generar likes, bien sea porque «me gusta», o porque genera pugnacidad.
También puede haber una razón más sencilla: en un foro al que me invitaron hace tiempos alguien preguntó ¿por qué escriben columnas? y un panelista respondió ¿Y por qué no hacerlo? Montar un medio es mucho más complejo que escribir una columna, pero ¿por qué no hacerlo?
Llevamos meses planeando, diseñando y proponiendo. Los lectores encontrarán acá nuestras columnas de opinión, y ocasionalmente otro tipo de géneros periodísticos, como crónicas, reportajes y entrevistas. También habrá espacio para la escritura creativa, con obras de carácter literario, así como para el rescate de artículos refundidos en los archivos de la prensa antigua. Esperamos que el común denominador sea publicar textos que se lean hasta el final y que no se agoten en el título, que tengan sentido crítico e interés por la ética y la estética: por una escritura que cuide qué dice y cómo lo dice.
Este Barequeo que hoy pueden leer nace por la generosidad y los afectos. Por la ayuda de quienes hicieron el diseño web, y por el “sí” maravilloso de Julián Bernal y Ramón Pineda, quienes aceptaron sin dudar cuando los invitamos a colaborar. Barequeo es fruto de la amistad, ese lazo que nos une a “los cuatro”, y que nos brinda un espacio para el disenso y también para el abrazo.
Pero una cosa es nacer y otra es sostenerse. Que Barequeo permanezca en el tiempo dependerá en buena medida de los lectores: de que lo que publiquemos los motive a volver a buscarnos.
Y dependerá también de nuestra capacidad de aguante. Barequear nunca ha sido fácil.