Su majestad el diablo

27 de julio de 2025

Mientras en la Asamblea de Caldas se declaraba Patrimonio Cultural una fiesta pagana con el diablo como protagonista, millones en el mundo rendían homenaje a Ozzy Osborne, el “Príncipe de las Tinieblas”.
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Religión, sus. Una hija de la esperanza y el miedo, que explica a la ignorancia la naturaleza de lo desconocido.

La definición es del escritor estadounidense Ambrose Bierce y hace parte de su Diccionario del Diablo (1911). Traigo la definición del texto satírico porque esta semana los diputados María Isabel Gaviria, cristiana del partido MIRA, y el conservador Jorge Carmona se persignaron y votaron en contra de la ordenanza otorgada por la Asamblea de Caldas al Carnaval de Riosucio, y que le da la distinción de Patrimonio Cultural del departamento. Y todo porque el protagonista de esta fiesta bienal es el diablo.

“Mi coherencia y creencia desde hace 40 años que soy cristiana me aparta totalmente de este proyecto donde, al final de la socialización, dijeron: ‘su majestad el diablo va a estar feliz’. Me hace pensar que esto es una fiesta pagana”, explicó Gaviria. Por su parte, Carmona alegó que si bien reconoce el valor cultural y artístico del Carnaval, “esta ordenanza es antagónica a mis creencias y convicciones personales frente a lo que significa la figura del diablo”.

Mientras tanto, a las afueras del Palacio Amarillo, donde sesiona la Asamblea, una delegación de cuadrillas carnavaleras – con sus disfraces y máscaras de demonios – bailaban y cantaban: “¡Salve, salve placer de la vida!; ¡salve, salve sin par carnaval!”. 

Los diputados están en su derecho de defender sus creencias, pero su voto negativo nace de un temor absurdo infundado por la religión y el desconocimiento de lo que representa el diablo en la comunidad riosuceña. Tal vez no han presenciado la catarsis que vive su comunidad una vez queman esa imagen diabólica; la alegría de la gente, las chirimías, la bulla. Es, de lejos, la fiesta más importante de Caldas por sus orígenes y carga simbólica. El diablo fue esa figura que cohesionó a los indígenas, los afro y los europeos de estas tierras. Es mestizaje, es sincretismo. Y, sí, paganismo, pues la palabra viene del latín paganus que significa “campesino” o “provinciano”; término a veces usado de manera despectiva por la godarria blanqueada manizaleña.

En Riosucio no se idolatra al diablo per se. Allí se adora la vida, el goce y esas cosas que los camanduleros suelen condenar.

Curiosamente, mientras en la Asamblea de Caldas se votaba si se declaraba Patrimonio Cultural de Caldas una fiesta pagana con el diablo como protagonista, millones de personas en el mundo rendían homenaje a Ozzy Osborne. Lo llamaban el “Príncipe de las Tinieblas” (Prince of Darkness) y junto con sus compañeros de Black Sabbath, por allá en 1968, hicieron una música que asustaba, inspirada en las películas de terror del momento. Sin querer, fueron pilares para lo que posteriormente se conoció como heavy metal.

Ozzy fue de excesos. Mucho alcohol, muchas drogas, muchas giras. Le arrancó la cabeza a un murciélago de un mordisco, también a una paloma blanca, y se inhaló una línea de hormigas – como si de cocaína se tratara – en medio de una apuesta con los de Mötley Crüe. Miraba y se reía como un loco. Coleccionaba crucifijos y detestaba las burbujas. Se orinó en El Álamo, por lo que fue considerado persona no grata en San Antonio (TX, EE.UU.). Estuvo en la cárcel y en rehabilitación. Y en la película Little Nicky vence a satanás.

En su última aparición en público, el pasado 5 de julio en el concierto de despedida de Black Sabbath, cantó sentado. El párkinson y una lesión en la columna le impedían moverse, pero lo dio todo sin las ayudas tecnológicas que usan los cantantes de hoy. El mundo y sus fanáticos lo admiramos por ello; además, con la venta de entradas y los derechos de transmisión del recital se recaudaron unos 200 millones de dólares que se donaron a una fundación para tratar el párkinson, a un hospital infantil y a un hospicio para menores de edad en Birmingham (Inglaterra), ciudad donde nació Ozzy.

Así se despidió este diablo de este mundo: con una fiesta y ayudando a su comunidad. Mucho más de lo que han hecho los partidos MIRA y Conservador por Caldas. O Colombia.

“Sí, no existe el infierno,

no hay mundos infernales llenos de demonios,

solo el infierno de mi mente,

el infierno dentro de mi mente,

el infierno dentro de tu mente,

el infierno que tú y yo hemos creado,

el infierno que nos rodea

y que nos llevamos a la tumba.”

Dios creado por el hombre, John Giorno

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  • Periodista y diseñador industrial. Profesor en la Universidad de Manizales. Ganador del Premio Nacional de Periodismo “Orlando Sierra Hernández” 2024.

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