A Nora (Renate Reinsve) le cambia el rostro cuando su padre y director de cine Gustav Borg (Stellan Skarsgård) reaparece en su vida luego del fallecimiento de su exmujer. Después del amargo hecho y aprovechando que su hija es una famosa actriz de teatro, él le ofrece un papel para protagonizar una película que escribió exclusivamente para ella, que rechaza sin dudar. Ni siquiera le da la oportunidad de leer el guion.
Después de la negativa, Borg consigue que una joven actriz, Rachel Kemp (Elle Fanning) acepte este papel. Esta acción se convierte en una tensión más entre padre e hija.
Durante dos horas y trece minutos, el director Joachim Trier muestra en Valor sentimental un drama noruego que se siente frío desde la falta de expresividad de sus personajes y las heridas del pasado que definen sus personalidades. Por el lado de Nora y su hermana, está presente el rencor hacia su padre por abandonarlas cuando eran pequeñas. En otro lugar está Gustav Borg, un señor alcohólico que hace largo tiempo no saca una película y que busca reivindicarse con su nuevo proyecto cinematográfico por una razón.
Detrás de cada personaje se esconden los traumas familiares, los que no permiten que sus relaciones sean funcionales. En las sombras se encuentra la imagen del padre ausente que dice conocer a sus hijas, pero que el mayor tiempo de sus vidas permaneció fuera del hogar de crianza.
Valor sentimental está lejos de ser una película fuerte desde lo emocional e incluso se vuelve vacía así como se encuentran los personajes. Diría que es el Talón de Aquiles para quienes esperan que sea intensa al saber que es una de las mejores películas del año, según la BBC, y que fue ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes. A pesar de esto, merece la pena verla por los rincones que hay que llenar con nuestras reflexiones.
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Este 25 de diciembre se estrena en cines de Colombia, aunque también está en MUBI.
