Durante algunos días, nadie quiso estar en los zapatos del registrador nacional Hernán Penagos. Tal vez ni él sospechó, cuando fue elegido para ese cargo en noviembre de 2023, que le tocaría enfrentarse al presidente Gustavo Petro y a su ministro Armando Benedetti. Estaba en sus manos la posibilidad de darle vía libre a la consulta popular propuesta por el gobierno, o negarla definitivamente. Penagos, conocido por muchos como uno de los congresistas de la paz de Juan Manuel Santos, se la jugó como se la habría jugado su maestro: con cara de póquer, no dijo que sí, no dijo que no, dejó que las cortes tomaran la decisión, pero posó para la cámara. Para unos salvó la institucionalidad; para otros, traicionó al pueblo.
A continuación un perfil periodístico de su trayectoria.
Ante los reflectores
El registrador Hernán Penagos Giraldo hablaba el 17 de junio de 2025 ante cámaras y reflectores y respondía con esas palabras a la controversia por el decretazo del gobierno de Gustavo Petro para expedir la consulta popular (mecanismo de participación ciudadana que pretendía preguntarles a los colombianos si estaban de acuerdo o no con puntos de una reforma laboral). Corbata vino tinto, vestido azul oscuro, peinado impecable, espalda recta. Detrás, pendones de la Registraduría Nacional del Estado Civil y funcionarios que tomaban nota, escribían mensajes, observaban. Algunos parecían pendientes de una cátedra.
Penagos sostenía en las manos papeles que revisaba conforme hablaba, proyectando la voz hacia un micrófono. Con lápiz en mano, usaba frases pausadas, tragaba saliva de tanto en tanto. A veces parecía que no quería estar ahí.

Iglesia de San Agustín en el parque principal de Samaná, Caldas
Penagos, el aventurero
Samaná, Caldas. Un municipio del oriente del departamento, grande en extensión, cuna de políticos cuestionados y cuyas montañas han sido escenario del conflicto armado. Penagos nació allí, hijo mayor de una familia de origen campesino. Su madre Rosita, maestra, aún vive y fue quien los crio a él y a su hermano Roger. Su padre Ramón trabajó en la Alcaldía de Samaná y en juzgados municipales del Tolima; ya murió. Dicen que sacó de él la vena política.
La historia de Penagos que aparece en artículos de La Patria y del portal Samaná Caldas lo describe como un hombre que aprendió a tomar decisiones difíciles y a aprovecharse de las coyunturas. Creció de la mano de un primo, fue aventurero cuando adolescente y quiso desmarcarse de su familia: “Siempre buscaba hacer algo original. Mi mamá le dio una moto a los 14 años, y un día se fue en ella hasta Victoria (Caldas)”, dijo su hermano Roger en una nota titulada “Hernán Penagos Giraldo un samaneño ilustre”.
A los 15 años se graduó como bachiller del Instituto Integrado San Agustín, en Samaná. Era bueno en matemáticas, buen jugador de fútbol, buen bailarín y participaba en la “banda de guerra”. Tras graduarse intentó estudiar ingeniería de sistemas en Bogotá, pero pronto se devolvió a su pueblo. Eran tiempos en los que no sabía a qué dedicaría su vida y lo conocían como “parrandero” y “joven sin oficio”. El hermano Roger agregó: “Nos hacía reír mucho”.
Al regresar a Samaná trabajó como mensajero en el Banco Cafetero y luego ascendió a auxiliar administrativo. Su deseo, no obstante, era salir del pueblo, y lo logró yéndose a estudiar economía por la noche en la Universidad de Manizales. Montó un negocio de venta de ropa en el Parque Caldas junto al primo, John Zuluaga: “Él ha sido de mucho empuje, y desde que salió de Samaná se avispó más”, dijo Zuluaga.
Iba por la mitad de la carrera de economía, pero decidió que esa, al igual que ingeniería de sistemas, tampoco iba a ser lo suyo. Sin confesarle a su madre se fue a estudiar derecho a Medellín.
—¿Por qué lleva todos esos libros de derecho? —le preguntó ella.
—En economía también hay que aprender leyes —respondió.
Antes de graduarse de abogado le confesó su secreto. En las notas de prensa de la época se cuenta que para sostenerse en Medellín fue “vendedor de libros, ayudante de un profesor, dependiente del asesor jurídico de la Arquidiócesis y, por último, montó una oficina con tres compañeros de carrera, al frente de la Alpujarra”. Allí se graduó en la Universidad Cooperativa de Colombia.
En adelante, su ascenso fue paulatino: de pasantía en una Comisaría de Familia a secretario de Gobierno, de asesor jurídico en alcaldías a candidato a la Alcaldía de Samaná, de diputado por el Partido de la U a presidente de la Asamblea de Caldas en 2008. En esas le quitó la hegemonía de más de veinte años en la Presidencia de esa corporación a la Coalición Yepobarquista, la alianza política para repartirse la burocracia en Caldas, que lideraron desde finales de los 70 Ómar Yepes, por el Partido Conservador, y Víctor Renán Barco, por el Partido Liberal.

Justo antes de llegar a la Asamblea de Caldas, en octubre de 2007, Penagos vivió un momento difícil cuando asesinaron a Jesús Albeiro Montoya Torres, el candidato más opcionado a ganar la Alcaldía de Samaná, por el Partido de la U. Montoya Torres iba a encontrarse en la vereda Santa Rita con Penagos, quien estaba en campaña para ser diputado, para realizar un acto de cierre de campaña. Jesús Albeiro Montoya viajaba en un carro junto a sus padres, su esposa y su hijo de 3 años, cuando fue atacado en un crimen que le atribuyeron al frente 47 de las Farc. Montoya competía por la Alcaldía contra Wilder Escobar, en ese momento del Partido Conservador de la línea yepista y hoy representante a la Cámara por el partido Gente en Movimiento de Mauricio Lizcano. Escobar sería alcalde de Samaná en 2012.
“Fue el momento más complejo de mi vida. Yo iba a encontrarme con él en esa vereda y me salvé”, dijo Penagos en imágenes que fueron replicadas por todos los medios de Caldas y agregó: “me salvó la gracia divina”.
La historia oficial enlista sus ocupaciones previas a ser diputado: catedrático, abogado litigante y consultor. Se menciona su máster y especialización en asuntos relacionados con el derecho. La historia oficial casi siempre deja espacios en blanco que se intentan llenar consultándole al protagonista, pero Penagos no atendió el llamado. Una fuente prefirió no hablar cuando supo que no se trataba de un perfil autorizado. “Ellos todo lo hacen muy calculado”, dijo.

Oportunista con sentido de la oportunidad
Algunos lo describen como alguien “enigmático”. Otros de su línea, dicen que es un hombre “muy serio”, que “no toma licor”, que “no tiene una vida social activa”, que cuenta con un “buen discurso”. Una fuente consultada recuerda que el mismo Óscar Iván Zuluaga, cuando fue ministro de Hacienda del gobierno de Álvaro Uribe (del 2006 al 2010), decía que Penagos era el político revelación de Caldas. Busqué a Zuluaga, pero dijo que no estaba atendiendo a los medios de comunicación.
En las elecciones de octubre de 2007 a la Asamblea de Caldas logró el tercero de los cinco escaños de la lista del Partido de la U, que era el partido del presidente Álvaro Uribe Vélez. Sumó 8 mil votos, la mitad de ellos en los municipios de Samaná, Victoria y Manzanares.
Como diputado, Penagos logró hacer varios debates de control político. Fue presidente de la Asamblea durante siete meses, pero renunció para lanzarse a la Cámara de Representantes de Caldas por el mismo partido: “No consulté porque si lo hacía no me iban a dar el aval. Renuncié y dije: Dios proveerá”, le dijo a los medios en 2013.
Dios, los votos o los padrinos proveyeron. Óscar Iván Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos (director del SENA de Uribe) y Adriana Gutiérrez (exsenadora) las cabezas del uribismo en Caldas, lo apoyaron para que con el aval del Partido de la U Penagos fuera candidato a la Cámara como fórmula de Jaime Alonso Zuluaga, primo del exministro Óscar Iván Zuluaga, quien aspiraba al Senado. Para sorpresa de muchos, en el año 2009 Penagos sacó aproximadamente 20.ooo votos, la segunda votación para la Cámara en Caldas y la primera en su partido en Caldas. El más votado fue su cuñado, Jorge Hernán Mesa, de la línea yepista del Partido Conservador. Penagos está casado con Beatriz Mesa, hermana de Jorge Hernán.

—Muchos de los que lo ayudaron en esa época lo recuerdan mal —afirma una fuente que conoce a profundidad los entramados políticos del departamento—. Sobre todo porque después no los volteó ni a mirar. Él se aprovechó de los votos del uribismo y también se aprovechó de que quedó un vacío en el Partido de la U: Jaime Alonso Zuluaga se lanzó al Senado y estaban investigando a Adriana Gutiérrez por parapolítica. Además, a él le tocaron muchos cupos indicativos del santismo.
Penagos, el santista
Cuando Juan Manuel Santos ganó la reelección presidencial en 2014, en una campaña contra Óscar Iván Zuluaga, el entonces representante Hernán Penagos ocupaba un lugar privilegiado en la mesa de los discípulos del presidente. Hay una foto en la Casa de Nariño, del 18 de junio de 2014, en la que Penagos está sentado a la izquierda de Santos en el momento en que él se reunía con su bancada de la Unidad Nacional (la entonces coalición de partidos en torno al expresidente). Parece una última cena versión santista. En la imagen se ve a un Santos alegre, vestido de gris y con los puños alzados, a Penagos con gesto de observador, y a otros seis discípulos a manteles: exministros del gabinete como Juan Fernando Cristo, Aurelio Iragorri y Sergio Díaz-Granados (quien era presidente del Partido de la U), excongresistas como Carlos Fernando Galán (hoy alcalde de Bogotá) y Simón Gaviria. A pesar de las caras tan conocidas, Hernán Penagos estaba sentado al lado de Santos, como uno de sus discípulos más amados.

Esta aparente voltereta tiene explicación: luego del inicio de los diálogos de paz entre el gobierno Santos y las Farc el Partido de la U se dividió. Los uribistas se fueron para el Centro Democrático y los santistas se quedaron en la U. Penagos fue uno de ellos. Durante su primera legislatura como representante a la Cámara por Caldas, entre 2010 y 2014, Penagos fue elegido presidente de la Cámara. Similar a cuando estuvo en la Asamblea, ganó protagonismo, aunque fuera primíparo. Por eso, tras la división del Partido de la U, Penagos abandonó a sus otrora aliados del uribismo, como Óscar Iván Zuluaga y Adriana Gutiérrez, y se hizo reelegir como representante a la Cámara en 2014 con las banderas de la paz.
El representante a la Cámara Juan Sebastián Gómez afirma que Penagos “es muy santista”.
—Él tiene tres perros —dice el representante, quien lo conoció cuando ambos militaban en el Partido de la U; desde entonces fue uno de sus alfiles—: un akita, un border collie y un rottweiler que yo le regalé. Se llama Nancho. Cuando yo se lo regalé le dije ‘Vea, se llama Santos, usted verá si le cambia el nombre’. Obvio se lo cambió. Él es muy santista, muy de ese combo.
En 2014 sacó la segunda votación más importante en el Partido de la U en Caldas, solo por debajo de su copartidaria Luz Adriana Moreno Marmolejo (28.599 votos contra 29.457). El exsenador preso Mario Castaño (Partido Liberal) alcanzó una de las cinco curules de la Cámara caldense, con 26.060 votos. Penagos también le ganó a él. Ya para su segundo período como congresista, fue ponente del proyecto de ley que pretendía reglamentar la Justicia Especial para la Paz, entre otros. El protagonismo moderado le permitió ser presidente de la Comisión de Paz y Posconflicto.

Luego de ocho años como congresista en la Cámara, fue dramática su estrellada cuando intentó escalar al Senado en 2018. Se daba por sentado que Penagos lograría la curul, pues era un representante acostumbrado a entrevistas y a estar al lado del presidente Santos. Entre los que le hizo campaña está el hoy alcalde de Manizales y exministro de Transporte de Santos, Jorge Eduardo Rojas. Los gastos declarados de la campaña de Penagos al Senado ascendieron a casi $ 700 millones. Logró sacar 53.688 votos, pero lo superó en votación ampliamente Juan Felipe Lemus (con 82.094 votos), apoyado por Mauricio Lizcano. Mientras Lemus quedó de quinto en la lista del Partido de la U, Penagos ocupó el puesto 19, en una lista en la que solo los primeros 14 alcanzaron curul.
Se quemó en su aspiración al Senado pero otra vez cayó parado: al poco tiempo su partido le dio asiento en el Consejo Nacional Electoral y en 2019 empezó a presidir esa corporación.

Hernán Penagos, Jorge Eduardo Rojas, actual alcalde de Manizales, e Islén Pineda, fórmula de Penagos en la elección al Congreso de 2018.
Lizcano, tan cerca y tan lejos
El representante Juan Sebastián Gómez describe la relación de ambos como una “tensa calma, tratando de ser respetuosos, pero cada uno por su lado”.
—Nunca han sido amigos y creo que difícilmente lo serán. Son dos personalidades antagónicas: Hernán es un tipo parado en sus posturas, que no da bandazos; en cambio, Lizcano es un tipo que no tiene mojón ideológico ni ético, no tiene lealtades. Han sido rivales electorales, pero cuando Hernán se sale del mundo electoral, no volvieron a competir —a partir del 2018—. Hubo un nivel de cercanía, pero más por la Gobernación de Caldas, cuando algunos amigos de Hernán prefirieron estar con Henry y no con Luis Roberto.
El representante se refiere a las elecciones a la Gobernación de Caldas en 2023. Lizcano, que fue uribista y santista, logró su anhelo de ser ministro con el presidente Gustavo Petro, que lo nombró en MinTic. En las elecciones de autoridades locales de 2023 el lizcanismo de Gente en Movimiento apoyó a Henry Gutiérrez (exdiputado de Caldas y exconcejal de Manizales), mientras que buena parte de los partidos tradicionales (Conservador, Liberal y Centro Democrático, entre otros) apoyaron a Luis Roberto Rivas, exalcalde de Manizales y reconocido por haber sido gerente de la Industria Licorera de Caldas durante la Gobernación de Luis Carlos Velásquez. Este último llegó al primer cargo departamental en 2020, con el apoyo de Lizcano.
Lo lógico habría sido que todos los conservadores se hubieran ido con Rivas, que representaba el sentir ideológico y deseos de los partidos tradicionales luego de la Gobernación de Luis Carlos Velásquez. No fue así. Los partidos tradicionales se dividieron y Gutiérrez llegó a la Gobernación a pesar de que tenía el apoyo del petrismo caldense y de los cuestionados primos Marín: el exalcalde Carlos Mario Marín, famoso por el episodio de haber firmado un convenio con el inexistente país de Liberland, y el representante a la Cámara Santiago Osorio Marín, ambos del partido Alianza Verde.
Sobre la relación entre Lizcano y Penagos también se refiere Jorge Orlando García, el exalcalde de Pensilvania:
—Mauricio Lizcano fue siempre su rival político. Era su contrincante. Del mismo partido, pero líneas diferentes. Ha existido una rivalidad grande, pero es un mito que Mauricio lo haya ayudado para llegar al CNE —Consejo Nacional Electoral, organismo que regula y vigila la actividad electoral— ni tampoco a la Registraduría —entidad que se encarga de la logística y organización de los procesos electorales, entre otras labores—.
En 2017, antes de las elecciones al Senado, Penagos dijo en una entrevista: Lizcano “es de Antioquia y a veces cree que Caldas es como su finca”.
Sin embargo, su trayectoria política da para pensar que Lizcano y Penagos tienen “vidas paralelas”, como lo dice una periodista que ha cubierto estos temas en la región. Es un hecho fortuito que ambos nacieran en la misma fecha, el 12 de agosto. Penagos en 1971 (tiene 53 años), Lizcano en 1976 (tiene 48). Pero da para pensar que hay un sino que los atrae: ambos poseen su fortín político en municipios caldenses (Penagos en Samaná y Lizcano en Riosucio), ambos han sido presidentes del Congreso (Penagos de la Cámara y Lizcano del Senado), ambos participaron como alfiles políticos en la paz santista (Penagos como ponente del proyecto de ley de la JEP y Lizcano como el presidente del Senado al que le tocó la firma de los Acuerdos de la Habana), ambos han ascendido a altos cargos del Estado (Penagos como presidente del CNE y como registrador y Lizcano como director del Departamento Administrativo de la Presidencia y como ministro de las TIC), ambos han querido revestir de academia su hoja de vida (Penagos con sus libros Más partidos menos democracia y El estatuto de la oposición y Lizcano con sus estudios en Harvard). Y, sobre todo, ambos han sabido caer parados.

Óscar Tulio Lizcano, Hernán Penagos, Luz Adriana Moreno Marmolejo e Islén Pineda en 2018.
Un artículo de La Silla Vacía titulado “Lizcano papá remienda la U en Caldas” expone el intento del papá de Mauricio Lizcano, Óscar Tulio (representante a la Cámara del yepismo, secuestrado por las Farc durante ocho años), de unir puentes entre las dos facciones del partido de la U en 2018: el lizcanismo y el penaguismo. Para esos años, buscaban enfrentarse al uribismo y a Mario Castaño, el barón electoral de entonces, del Partido Liberal. El uribista Iván Duque del Centro Democrático se perfilaba como ganador en las elecciones presidenciales —el santismo estaba debilitado—, así que Lizcano papá quiso limar las enemistades. El artículo menciona un acuerdo según el cual Lizcano le daba el respaldo a Penagos para ser la cuota en el CNE, y el Partido de la U se uniría en torno a Lizcano.
—No hubo alianza entre los dos —dice el representante Juan Sebastián Gómez—. Las curules que eligió el Partido de la U en Cámara le dieron el cupo para un consejero del CNE, y Penagos fue el candidato.
Penagos no tiene redes sociales, pero Mauricio Lizcano sí. Su cuenta en Twitter (ahora X) está activa desde 2009. En casi 16 años Lizcano ha trinado cerca de 25.000 veces y solo en dos ocasiones ha mencionado a Penagos: la primera fue en 2023, para felicitarlo por su llegada a la Registraduría, y la segunda fue el pasado 17 de junio, para felicitarlo nuevamente, esta vez por su decisión sobre la consulta popular. Salvo esos dos trinos, la estrategia en redes de Lizcano ha sido actuar como si Penagos no existiera.
Felicito a Hernan Penagos, Caldense, como nuevo Registrador del Estado Civil. La @Registraduria queda en muy buenas manos.
— Mauricio Lizcano (@MauricioLizcano) November 22, 2023
Acierta el registrador Hernán Penagos al no convocar la Consulta Popular hasta que las altas cortes definan su constitucionalidad, tal como lo solicitamos hace unas semanas quienes creemos que saltarse al Congreso es romper la institucionalidad del país.
— Mauricio Lizcano (@MauricioLizcano) June 17, 2025
El Senado ya se…
Algunas investigaciones
La foto de un hombre recatado, bien peinado, de buena postura y que cuida su aspecto físico (una fuente confirmó que usa bótox) contrasta con la del político que ha sabido ubicar bien las fichas en su ajedrez clientelista.
Sin embargo, Penagos se ha mantenido en firme frente a investigaciones que se han abierto en su contra. En 2018 la Procuraduría le abrió indagación preliminar (a él y a otros congresistas como Julián Bedoya y Miguel Amín Escaf, ambos del Partido de la U, entre otros) por contratación irregular y por tener a familiares contratados en el Sena, mientras era congresista. La Fundación Pares y la Silla Vacía han denunciado presuntas irregularidades con respecto a la contratación de familiares y amigos de Penagos en la Registraduría y en el DPS.
Un nombre llama la atención. Lina Susana Vásquez Millán, esposa del hermano del registrador, Roger Penagos. Ella ocupó el más alto cargo de la Registraduría en Caldas, delegada departamental, mientras Hernán Penagos fue consejero del CNE. Vásquez fue delegada departamental durante 8 años, desde el 2015 hasta el 2023, año en que Hernán Penagos fue designado como registrador.
Pero ninguna investigación, denuncia o ruido ha prosperado. En el 2024 el Consejo de Estado dejó en firme su nombramiento como registrador al considerar que su proceso de elección no estuvo viciado.
El representante Juan Sebastián Gómez dice:
—Yo creo que Hernán es más de ese cargo que tiene hoy —registrador nacional— que un político. Lo digo de corazón. Siento que sacó más de él mismo cuando fue presidente del CNE y ahora en la Registraduría. Creo que disfruta más lo que hace ahora. Nunca me lo ha dicho, pero es un sentir mío.

Posesión de Hernán Penagos como presidente del CNE en septiembre de 2019.
Penagos, su verdadera postura
Dos exconsejeros del CNE, de orillas ideológicas diferentes, lo describen como alguien “serio”, “estudioso” y “responsable”. Uno, en especial, destaca su talante conciliador y recuerda que no era de los que entraba a “chocar” y que no se sabía “qué posición iba a tomar”. No obstante, sí reconoce que tuvo un enfrentamiento con él, al principio de su primera Presidencia del CNE, en 2019. Penagos fue presidente del CNE por dos períodos y renunció antes de terminar el segundo, en 2021, aduciendo causas personales. Los consejeros del CNE son elegidos por el Congreso, luego de ser postulados por los partidos.
—Cuando vino la primera elección de él como presidente —dice un exconsejero que pide no revelar su nombre— rompió los acuerdos. No todos estaban enterados. Se suponía que en la Presidencia seguía el Centro Democrático, y eso se rompió. Hay que tener en cuenta que él venía de ser político y se estaba enfrentando a unos técnicos.
Este hecho coincide con aquello que sucedió tras la llegada de Penagos a la Asamblea de Caldas y luego a la Cámara de Representantes: cuando ingresa a estas corporaciones, lo hace para ser protagonista y aprovechar su cuarto de hora.
Por su parte, el exconsejero Luis Guillermo Pérez, elegido como representante de los partidos de izquierda, dice que ese acuerdo no existió. Por teléfono recuerda una anécdota sobre Penagos:
—En Santa Marta, la lista al Concejo de La Fuerza Ciudadana se enfrentaba a la posibilidad de no ser inscrita, por incumplir los temas de representación de género. El registrador Juan Carlos Galindo no quería validar la inscripción. En esa discusión el presidente Penagos se enojó bastante, porque no estaba dando las garantías democráticas.
Al terminar su período como consejero del CNE en 2022, Penagos tuvo un contrato con el Congreso y otro con la Defensoría del Pueblo del conservador y exconsejero electoral Carlos Camargo Assís. Su contrato terminó el 29 de noviembre de 2023, justo antes de posesionarse como registrador nacional, el 6 de diciembre de 2023.
Ante los reflectores otra vez
Por estos días ha seguido ante los reflectores.
El 17 de marzo de 2024 el alcalde Jorge Eduardo Rojas les otorgó el Escudo de Manizales en grado de Extraordinario a Penagos y al expresidente de la Corte Constitucional, José Fernando Reyes Cuartas, oriundo de Manizales. Penagos dijo: “me da mucho entusiasmo encontrarme con muchos amigos, no tengo sino gratitud con todos”. El 20 de junio de 2025 lo postularon como “Caldense del año 2024”, concurso que promueve el periódico La Patria para elegir a la persona más destacada del departamento. No se ha visto que rehúya estas oportunidades de figuración.
En un futuro próximo, la Registraduría deberá contratar temporalmente a más de 25.000 personas como supernumerarios para apoyar las elecciones. Un poco más de la población de Samaná (Caldas). Contratación soñada para cualquier político o entidad, sobre todo en un período de Ley de Garantías: no se puede contratar con el Estado unos meses antes de elecciones.
Penagos estará en medio de estas decisiones, le medirá el pulso al gobierno de Gustavo Petro de incluir o no una nueva papeleta para la Asamblea Constituyente y el gobierno le medirá el pulso al registrador: ya está abierta la convocatoria para el operador logístico de las elecciones presidenciales y legislativas en 2026, un contrato que en otros años ha ganado Thomas Greg & Sons, la empresa a la que el presidente Petro le quiere quitar la elaboración de los pasaportes.
“Ha sido muy arriesgado en sus decisiones”, dijo hace años su hermano Roger. “Creo que no se puede dejar ir ese momento en el que aparece la oportunidad”, dijo también el registrador hace un tiempo. Un par de semana atrás le llegó otro de esos momentos. Seguro le llegarán más.

Homenaje del alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, al registrador y el presidente de la Corte Constitucional en marzo de 2024.