Encuestas y transmisiones

6 de diciembre de 2025

En la encuesta —hecha cumpliendo los nuevos requisitos de ley— se ve a tres candidatos escapados del lote, uno de ellos con buena ventaja sobre los otros dos; pero faltan muchos kilómetros para la meta.
Compartir publicación en

Durante estos meses anteriores a las elecciones es toda una diversión especular sobre cómo van los candidatos. Solo que con los casi noventa aspirantes que aún suenan por ahí, es menos probable hacer comentarios claros o comparaciones completas. Cuando se reduzcan, estaremos conversando más claramente respecto de quiénes sube, bajan, se alían, se les complica la vida, repuntan o van barriendo. Por ello es buen indicador que solo figuren 30 de los 90 aspirantes en la más reciente encuesta que difundió Invamer, sobre candidaturas a la Presidencia de la República. Y con relación a los otros aspirantes no sucede mayor cosa, aparte de su deseo de figuración, su ingenuidad y posibles “buenas intenciones”.

Como en las transmisiones del Tour de France (antes fue la Vuelta a Colombia), gran parte de los colombianos seguimos fielmente los datos que aportan las encuestas preelectorales y los comentarios que de sus datos se derivan. Nos gustaría tener resultados nuevos diariamente, de la misma forma como muchos seguimos las grandes competencias ciclísticas con todo el interés por saber quién va punteando, si el líder de ayer va bien o mal en la etapa, cómo se comporta el lote, los perseguidores y quiénes están de coleros.

Por ejemplo, en esa encuesta —hecha cumpliendo los nuevos requisitos de ley— se ve a tres candidatos escapados del lote, uno de ellos con buena ventaja sobre los otros dos; pero faltan muchos kilómetros para la meta. Se vió además que 22 de los 30 aspirantes que hacen parte del grupo de corredores “con buen patrocinador”, marcan menos del 2% de colombianos que tienen intención de votar por ellos: van rezagados. Ellos  representarían como el 20 o el 25% de los votantes potenciales, y terminarán acomodándose en otras candidaturas, pues es claro que en la primera vuelta presidencial no participarán 30 candidatos. Igual que en la mayoría de etapas de las carreras ciclísticas, a la mayoría de los que van a delante del lote los cazan y, de hecho, es frecuente que algunos de los gregarios de ciertos equipos (o partidos)  figuren durante una parte de las etapas solo para distraer y agotar a los opositores, pero se entregan más adelante.

Y nos gusta conocer los resultados de las encuestas por varias razones, entre las que la menos importante es saber si aciertan (“adivinan”) el resultado final de las elecciones: esa no es la razón de ser de las encuestas tempranas. Como en las apuestas, la emoción de mantenerse informado sobre cómo va la carrera está en la incertidumbre misma. Si uno tiene candidato de sus afectos, pues consulta los datos con la esperanza de que ese aspirante vaya bien en la fracción del día, o por lo menos que no lo hayan botado. Si “las cosas no salen”, pues uno se va haciendo a la idea de hay que hacerle fuerza a otro aspirante, por cercanía con su inicial favorito, por compensación, o para desquitarse del “desgraciado” que va punteando en las encuestas.

Eso va paralelo al lento proceso de toma de posición o alinderamiento de gran parte de los colombianos no afiliados a partidos o sin clara preferencia, que ven pasar la competencia sin tener mucha energía invertida en ella, pero que les gustaría poder decir al final que su candidato fue el que ganó, o por lo menos que pasó a segunda vuelta. Eso le da esperanza a los candidatos que sean buenos “sprinters” o rematadores.

Que nuestro inicial candidato gane o pierda es solo parte de la diversión, y es algo que requiere de tiempo para saberse. Pero el sube y baja de las encuestas, sus diferencias, sus tendencias y las dudas que nos puedan generar hacen parte de esas “apuestas” que hacemos con nuestros contertulios habituales, sin dinero de por medio.

Por eso nos hacía falta que se difundieran más encuestas. Y ahora que regresaron —esperamos que con mayor —validez—, supongo que la senadora Paloma Valencia no las criticará, a pesar de que ella es una de las 22 del pelotón rezagado. Es de recordar que esta precandidata fue una de las principales defensoras de ese proyecto de ley, prometiendo que ahora sí serían más confiables y representarían mejor el país real.

A todos nos gusta mantenernos al lado del competidor que va ganando la carrera, pero estamos dispuestos a hacerle barra a otro, si toca cambiar de favorito. Y ya terminada la elección, esperamos que el que gane pase la prueba de “dopping”, en cuanto a fuente y monto de la financiación de su campaña.

Recordemos en todo caso, que según esta encuesta de Invamer, solo el 43% de los colombianos dice tener claro por quien va a votar: la mayoría está por decidir; pero también es tradicional que no voten casi la mitad de los ciudadanos. Entonces el resultado volverá a quedar pendiente de las decisiones de las últimas semanas y en manos de ese 53 a 58% de ciudadanos que habitualmente votamos para cuerpos colegiados y para Presidencia.

Cerramos recordando que las encuestas de intención de voto no son estudios científicos —aunque sí deben tener rigor técnico. Y que se realizan por varias razones: orientar a la ciudadanía, formar parte de la opinión, informar y preocupar o congraciar a las campañas; pero también se hacen y se difunden para entretener a las audiencias. Por ello las financian o las contratan los medios de información: al igual que las transmisiones ciclísticas, con patrocinio de empresas privadas.

Si valoras el periodismo artesanal, ayúdanos a seguir adelante.
Cada aporte, grande o pequeño, hace la diferencia. Puedes apoyarnos a través de Vaki.
  • Psicólogo, comunicador-periodista y magister en comunicación. Exprofesor y exdirectivo en la Universidad de Manizales. Experiencia en radio informativa, periodismo científico y columnista. Corriendo a des-atrasarme de lo que no había hecho antes.

Publicaciones relacionadas

Si valoras el periodismo artesanal, ayúdanos a seguir adelante.
Cada aporte, grande o pequeño, hace la diferencia. Puedes apoyarnos a través de Vaki.

En Barequeo nos interesa el periodismo artesanal, hecho a mano, con tiempo para escribirlo y tiempo para leerlo. Buscamos historias y enfoques como quien busca pepitas de oro.

Somos un grupo de periodistas que, desde Manizales, Colombia, generamos un medio de comunicación para fortalecer la deliberación pública desde nuestro territorio.

Creemos en la veracidad, la argumentación, el disenso y el valor de la escritura para la construcción de memoria histórica.

Correo: [email protected]

Codirigen: Adriana Villegas Botero, Ana María Mesa Villegas, Alejandro Samper Arango y Camilo Vallejo Giraldo.