Un poeta y El fracasador

2 de septiembre de 2025

El poeta Óscar Restrepo tiene en su habitación un cuadro de José Asunción Silva como si fuera el Corazón de Jesús. En la otra orilla está David Betancourt, con el deseo de reemplazar a Gabriel García Márquez luego de conocer la noticia de su muerte en México.
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No aguanté la espera por ver la nueva película colombiana «Un poeta«, ganadora en el Festival de Cannes en la categoría Una Cierta Mirada. Su tráiler, que prometía sonrisas en el cine, mostraba al personaje de Óscar Restrepo como un fracasado y desaliñado, un poeta que vive de los premios que ganó en la juventud y que ahora está obligado a ser profesor de colegio para ganar dinero, o por lo contrario, lo echan de la casa. Allí conoce a una estudiante, Yurlady, a la que le gusta escribir poesía; así que decide ayudarla para que salga adelante con su vida.

Antes de ver la película, había leído El fracasador (Penguin Random House, 2025), una autoficción donde el personaje se llama David Betancourt —igual que el autor—. El libro compuesto por ocho cuentos conectados habla sobre el mundillo literario como la invisibilidad del escritor; las ganas de querer ser la panacea literaria y el optimismo de ser el nuevo José Saramago o Virginia Woolf; la falta de disciplina a la hora de sentarse a escribir una obra magna, única, especial, magnífica, apoteósica, que cambie el rumbo de la literatura colombiana; la familia y amigos que convencen al autor de que será la nueva estrella, y la vida fracasada de un escritor que pretende ser el reemplazo de Gabriel García Márquez.

Con el tiempo, creía que había pocas conexiones entre ambas obras —las terminé en tiempos cercanos—, pero luego noté que tenían en común personajes llenos de infortunios que tienen la aspiración de salir del fracaso y que les suceden unos cacharros jocosos.

En aspiraciones literarias, Óscar Restrepo tiene en su habitación un cuadro de  José Asunción Silva como si fuera el Corazón de Jesús. Ese rostro reconocido por estar en el billete viejo de 5 mil pesos —el diseño más bello que he visto— es su arquetipo de poeta, y a su vez, el Dios que ilumina y motiva su vida alcohólica sin rumbo. Con 56 años de edad, le sigue pidiendo plata a su madre para salir a emborracharse en tierras antioqueñas. En la otra orilla está David Betancourt, como personaje, con el deseo de reemplazar a Gabriel García Márquez luego de conocer la noticia de su muerte en México. La corazonada le entra y se convence a sí mismo de que será la nueva revelación del país, pero ese propósito nunca llega.

En realidad, Restrepo y Betancourt han ganado concursos literarios de poesía y de cuento, pero pa qué sirve eso, si son unos fracasados acumuladores de infortunios. Aunque está claro que al compararlos, Óscar Restrepo es el que tiene que comer más…

El director de «Un poeta», Simón Mesa Soto, le dijo a El Tiempo que la idea de crear la película buscaba retratar todas las dudas, miedos y frustraciones a la hora de hacer arte en un país que no termina de valorarlo. En este caso, las dos obras difieren: David Betancourt tiene a su lado a Esnedy, que su papel como novia en el libro hace recordar a la anécdota de García Márquez cuando creaba Cien años de soledad y su esposa Mercedes Barcha lo mantenía hasta que terminara el texto. En cambio con Restrepo, la familia nunca lo apoya, es un desdichado que escribe un libro para volver a la palestra literaria, pero sus más cercanos lo bajan de esa nube.

También está el factor de reírse de sí mismo, una de las claves de la tragicomedia, quese cumple a cabalidad entre Un poeta y El fracasador. Asimismo, los dos personajes comparten el gusto por el alcohol: en ambas historias hay escenas parecidas que recuerdan a Instrucciones para dejar ser un anónimo literario, un cuento de Betancourt que está en el libro, donde el personaje habla con un desconocido de la calle.

Además está la riqueza de la oralidad, del coloquialismo que le da sabor a las historias colombianas; lo digo por la interacción entre los personajes y el color que adquiere la película y el libro que tienen como factor común el ser antioqueños, paisas.

Ubeimar Ríos, quien le da vida a Óscar Restrepo en «Un poeta», se roba el show en ese aspecto. El señor nació para hacer un papel memorable e icónico, que seguro quienes la vean, se quedará guardado en su inconsciente. Desde el tráiler daba atisbos de ser un personaje que provoca carcajadas.

Sin necesidad de entrar en espóilers, invito a consumir las dos historias. Munir Falah, presidente de Cine Colombia, cuenta en X: “Un poeta, en los tres (3) días desde su estreno, acumula un total de 21,000 espectadores. En esos mismos 3 días, es el estreno (de las 10 películas) que más espectadores hizo”. Vale la pena ir a ver Un poeta. A su vez, David Betancourt estará en la Feria del Libro de Manizales que se celebra del 1 al 7 de septiembre. Se presenta este jueves a las 10 de la mañana en el Rogelio Salmona de la U. de Caldas con su libro El fracasador.

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  • Manizales, 2003. Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales. Ha escrito para La Patria. Desea convertirse algún día en escritor.

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