Las doulas son profesionales que brindan acompañamiento en temas de salud sexual y reproductiva. Ofrecen apoyo desde lo psicológico, espiritual y social durante el embarazo, el parto, el posparto y el duelo. Su enfoque combina conocimientos científicos, académicos y ancestrales, lo que proporciona una visión integral.
El origen de esta figura se remonta a la Antigua Grecia, donde las doulas eran mujeres en condición de esclavitud que asistían a otras mujeres durante el parto. Sin embargo, fue hasta 1980 que el término se recuperó: médicos en Guatemala, durante un estudio, denominaron doulas a aquellas mujeres que acompañaban el proceso de parto, una práctica que, según los datos publicados en The New England Journal of Medicine, contribuyó a reducir el número de cesáreas realizadas.
Yuli Paulin Castro Silva es enfermera graduada de la Universidad del Quindío; docente y magíster en Epidemiología por la Fundación Universitaria del Área Andina; asesora y consejera en lactancia materna de la Fundación Universitaria Unisanitas; doula de gestación, parto y posparto por la Universidad de La Sabana, y consultora perinatal de Antu.

¿Cómo describes el oficio de doula? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
El rol de la doula tiene sus raíces profundas en esa tradición ancestral de mujeres acompañando a otras mujeres durante el parto. A lo largo de la historia, el parto no era un evento puramente médico, sino un rito de paso comunitario. Las mujeres experimentadas, a menudo madres, hermanas o vecinas, se reunían para ofrecer apoyo físico y emocional a la mujer que iba a dar a luz. Ellas eran las que sostenían la mano, ofrecían consuelo, compartían su sabiduría y ayudaban con las tareas del hogar para que la nueva madre pudiera descansar.
En ese sentido, las doulas somos guardianas de la maternidad y el buen nacer. Nuestro propósito es asegurarnos de que la mujer se sienta apoyada, validada y fuerte, ayudándola a navegar por las decisiones y a abogar por sí misma. En esencia, estamos ahí para servir como un ancla de calma y confianza en una de las experiencias más importantes y transformadoras de la vida.
Mi experiencia como doula ha sido gratificante y transformadora. Cada nacimiento es un recordatorio del poder y la resiliencia del cuerpo humano, y de la increíble fuerza que una mujer descubre en sí misma. He sido testigo de cómo el apoyo incondicional puede marcar una diferencia grande. He visto a mujeres pasar del miedo a la confianza, de la duda a la certeza. Ser doula no es solo acompañar un nacimiento, es ser parte de un momento sagrado y personal. Es una bendición ser testigo de ese milagro, de esa nueva vida y del renacimiento de la madre. Ha sido una experiencia que me ha enseñado sobre la vida, el amor y la importancia de la presencia.

Una doula combina el conocimiento científico con el ancestral. ¿Qué resaltas de esto?
Lo que más destaco de esa combinación es que nos permite ofrecer un acompañamiento integral y holístico. No se trata de elegir entre un enfoque u otro, sino de integrarlos para el mayor beneficio de la mujer y familia. Del conocimiento ancestral, extraemos la profunda sabiduría del cuerpo, la confianza en el instinto y el poder de la presencia y el tacto. Del conocimiento científico, tomamos la información más actualizada y basada en evidencia. Esto nos permite entender los procesos fisiológicos del parto, los posibles escenarios clínicos y las intervenciones médicas. La combinación de ambos conocimientos nos capacita para ser un puente entre ambos mundos, respetando la ciencia médica mientras honramos la experiencia humana, intuitiva y ancestral del nacimiento.
La doula sostiene, informa y cuida a personas durante el embarazo, parto, posparto e incluso el duelo. ¿En qué consiste este acompañamiento?
El acompañamiento de una doula se basa en tres pilares fundamentales: sostener, informar y cuidar durante el embarazo, el parto y el posparto. Es un apoyo continuo y personalizado, adaptado a las necesidades de cada mujer y familia. Se ofrece apoyo físico con masajes y posturas que alivian el dolor, y apoyo emocional a través de palabras de aliento y motivación. El acompañamiento de una doula es un ciclo de escucha, respeto y presencia incondicional, que ayuda a la mujer a sentirse fuerte, informada y cuidada en cada paso de su viaje hacia la maternidad.

Hacerse madre es una experiencia desafiante y compleja. ¿Cómo acompañan las doulas estos tránsitos?
La maternidad es un viaje complejo y transformador, lleno de desafíos emocionales y físicos. Las doulas acompañamos estos tránsitos de una manera muy particular, enfocada en la mujer y en su proceso interno. Acompañamos los tránsitos de la maternidad a través de validación y escucha activa, empoderamiento a través de la información, cuidado emocional y continuo y honrando el instinto ya que animamos a las madres a confiar en su intuición y en la sabiduría de sus cuerpos. En un mundo lleno de consejos externos, las doulas somos una voz que les recuerda que ya tienen el conocimiento que necesitan dentro de sí mismas.
¿Consideras que las doulas hacen frente a situaciones de violencia obstétrica?
Por supuesto. Aunque no estoy en primera línea de atención médica, mi rol como doula es fundamental para prevenir y mitigar la violencia obstétrica. Lo hacemos de una manera indirecta pero poderosa, principalmente a través del empoderamiento y la información. Si bien no es mi papel confrontar directamente al personal médico, mi presencia y mi trabajo de preparación y apoyo son una fuerza protectora que ayuda a las personas a tener una experiencia de nacimiento más positiva y respetuosa, lo cual es la mejor manera de contrarrestar la violencia obstétrica.
En nuestro país no es muy común escuchar o leer sobre las doulas, ¿cómo ves el panorama actual en el sector de la salud?
En Colombia, aunque la figura de la doula aún no está reconocida oficialmente en el sistema de salud, el panorama está en plena transformación. El principal desafío es el desconocimiento, tanto en el sector salud como en el público en general, lo que limita la accesibilidad. Sin embargo, hay un movimiento creciente impulsado por personas que buscan una experiencia de parto más humana y respetuosa. La comunidad de doulas está en expansión, trabajando para educar y demostrar el valor de nuestro apoyo.
