Con dios y con el diablo

31 de julio de 2025

Otra cosa que le reconozco a Juan Sebastián Gómez es que no es un político ingenuo, y sé que sabe muy bien que cuando llegan al poder, los religiosos gobiernan con la biblia en una mano y el crucifijo en la otra.
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Ya mis compañeros barequeros, Adriana y Alejandro, se refirieron en sus respectivos espacios en este novedoso y prestigioso medio de comunicación digital a lo sucedido en la Asamblea de Caldas durante la sesión en la que se reconoció como patrimonio cultural de Caldas al Carnaval de Riosucio. 

Quiero aportar mis dos centavos a esa misma discusión, pero para hablar de los problemas políticos de esas posturas. Mientras se daba la discusión sobre el Carnaval en el recinto de la Asamblea, escribí en mi cuenta de Twitter una crítica, no al MIRA, sino a quienes hacen alianzas con grupos religiosos para recoger votos para partidos de centro. Me refiero a la coalición entre el Nuevo Liberalismo, Dignidad y Compromiso y el partido MIRA que fue presentada el pasado 24 de junio.

A mí no me extraña que un partido político montado sobre un grupo religioso afirme en sus mensajes propagandísticos que “somos un país de mayoría creyente, la constitución política invoca la protección de Dios, los soldados y policías afirman Dios y Patria y el himno habla sobre quién murió en la cruz” y que por tanto se oponga a la libertad de culto o a una fiesta que tiene a un diablo como figura principal. No me extraña, pero me asusta. 

Desde hace algún tiempo, con la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos, se ha viralizado un video antiguo donde Frank Zappa, artista de ese país, decía lo siguiente: “la mayor amenaza para América hoy en día no es el comunismo, es el impulso de este país hacia una teocracia fascista… Cuando tienes un gobierno que prefiere ciertos códigos morales traídos de cierta religión y ese código moral es usado para legislar y para servir a un punto de vista religioso, y si ese código resulta ser muy, muy derechoso, casi como Atila el Huno…” ahí lo interrumpen y luego él concluye “La moral debe ser discutida en términos del comportamiento, no en términos de una teología”. 

Solo basta echar una mirada a lo que pasa hoy en USA para ver lo profético que resultó el buen Frank Zappa. En ese país se están discutiendo nuevamente los derechos de las minorías, de las mujeres, la libertad religiosa, la ciencia que se enseña en los colegios y los libros que se permite leer. El país de la libertad está lleno de censura y prohibiciones. 

Vuelvo al recinto de la Asamblea. La ordenanza número 1000 que reconoció al Carnaval de Riosucio por su aporte cultural al departamento fue respaldada por 12 diputados, entre ellos Luis Alberto Giraldo que en su intervención hizo una pausa para decir que “el representante Juan Sebastián Gómez envía un saludo a la Junta del Carnaval”. Todos entendimos el mensaje. 

Yo le tengo afecto a Juan Sebastián Gómez. Lo digo aunque sé que es un político y por principio uno no debería tenerle mucho cariño a nadie que se dedique a eso. No tanto porque no lo merezcan, aunque casi ninguno se lo merece (y en Caldas no hay mucho de dónde escoger, para que ninguno de los contradictores de Juan Sebastián se vaya a pegar de esta crítica para caerle también), sino porque creo que es necesaria la distancia para poder hacerles control político. Por eso mismo me atrevo a decir lo siguiente: sé que Juan Sebastián ha sido un político que ha tratado de mantener una coherencia, sé que esa coherencia a veces es un estorbo cuando de conseguir votos se trata, sé también que es un político hábil que con un discurso sobre el respeto a la diferencia, con una cola larga y una afición descamisada por el Once Caldas, ha sido concejal, diputado y ahora representante a la Cámara. Nada de eso me impide ver el problema que es hacer alianzas con dios y con el diablo. 

El acuerdo establecido entre los partidos mencionados incluye aspectos sobre funcionamiento y tratamiento de controversias, como me explicaba alguien en Twitter. El acuerdo “no compromete la independencia, filosofía, ideología y autonomía de las organizaciones políticas involucradas”. Otra cosa que le reconozco a Juan Sebastián Gómez es que no es un político ingenuo, y sé que sabe muy bien que cuando llegan al poder, los religiosos gobiernan con la biblia en una mano y el crucifijo en la otra. Para personas como yo, lo suficientemente distintas y ateas, esa posibilidad es una amenaza directa.

En este país polarizado el centro político se mantiene reclamando su existencia como una tercera vía aséptica e independiente que busca encontrar su nicho entre el liberalismo económico y los ideales progresistas. O eso es lo que les entiendo. Pero en la búsqueda de esa amable medianía, y de los votos, claro, sobre todo de los votos, a veces pactan con la derecha más radical de una forma que deja por fuera cualquier posibilidad de participación de la gente diferente “por el derecho a la diferencia” que los ha acompañado. 

Ese cálculo político en el que supuestamente pierden menos de lo que ganan con esas alianzas hacia la derecha, me parece equivocado. Esa resta de unos poquitos ateos, unos poquitos maricas, unas poquitas feministas, unos poquitos empobrecidos, unos poquitos racializados, unos poquitos loquitos, es, en mi criterio, lo que tiene al centro nadando en la in-diferencia y la irrelevancia.

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  • Manizales, 1974. Estudió Administración de Negocios, pero la vida la llevó al periodismo. Desde 2014 hace parte del equipo de la Radio Nacional de Colombia en donde cubre el Eje Cafetero. En 2020 publicó "Como Hombres": el mundo de las mujeres en zapatos masculinos.

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Directora Adriana Villegas Botero