Independencia grita

20 de julio de 2025

Usan independiente como apellido. Roy Barreras independiente, Armando Benedetti independiente, Gustavo Bolívar independiente. ¿Independientes de quién? Político independiente clasifica como oxímoron.
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Solo una vez nos sacaron a desfilar el 20 de julio. Fue en 1989. En mi colegio no había banda, ni de guerra ni de paz ni de nada, así que marchamos en silencio. Ensayamos varios recreos izquier dos tres cuatro y cómo debíamos voltear en las esquinas: caminar hasta el fondo y girar 90 grados para formar filas nuevas. Derechas. Hombros atrás. Mirada al frente. Coordinadas. Sin conversar. Las reglas del colegio incluían arrodillarnos para demostrar que la falda tocaba el piso y prohibición absoluta del esmalte rojo: si alguna lo usaba lo quitaban con thinner. “El thinner debilita las uñas y se demoran más para crecer”. Zapatos muy bien embetunados para el desfile de la independencia en esa primera cárcel que fue el colegio.

(Leo lo que acabo de escribir y dudo: ¿Desfilamos el 20 de julio? ¿O fue el 7 de agosto? No sé. Mi memoria personal es más porosa y frágil que la memoria de la historia nacional. Pienso en Gabriel García Márquez: «La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla»).

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En la esquina nororiental de la Plaza de Bolívar de Bogotá queda la Casa del Florero que el 20 de julio de 1810 era la casa de José González Llorente. La página web del Museo de la Independencia muestra fotos del “florero de Llorente” que el español no le quiso prestar a unos criollos (no nos llamábamos Colombia y por lo tanto no se decía “colombianos”) y esa negativa desató la furia de la primera línea que gritó independencia, aunque grito “como tal”, — como dicen hoy—, quién sabe si hubo. Lo que si sé que no hay es información actualizada en la web del museo sobre lo que ocurrió en esa casa 175 años después. Entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985 varios sobrevivientes de la toma del M-19 al Palacio de Justicia fueron llevados por militares hasta la Casa del Florero. Los torturaron hasta morir. Hay cuerpos que siguen desaparecidos. Durante la retoma el comandante de la Escuela de Caballería de Bogotá, Luis Alfonso Plazas Vega, dijo en la Plaza de Bolívar que estaban “defendiendo la democracia, maestro”. La democracia, como tal.

Casa del Florero en noviembre de 2024. / Crédito: Foto de Ricardo González Duque en su cuenta de X.

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Dicen “Día de la independencia” y pienso en la película de 1996 con Will Smith sobre una invasión alienígena al planeta tierra en la víspera del Día de la independencia. Aunque la Fuerza Aérea de Colombia se llame desde noviembre Fuerza Aeroespacial, el Día de la Independencia al que se refiere la película no es el de esta potencia mundial de la vida, sino el 4 de julio, día de la independencia gringa. Son curiosas las diferencias entre la celebración del Día de la Independencia en Estados Unidos y en Colombia. Se supone que acá somos más festivos y tropicales, pero para el Día de la Independencia acá predominan los desfiles militares mientras que allá el 4 de julio son comunes los conciertos masivos y los juegos pirotécnicos en parques públicos. Es paradójico que las celebraciones más festivas del 20 de julio ocurran en el corazón del imperio: la colonia migrante se reúne en Nueva York, Miami y otras ciudades a oír vallenatos, a cantar “qué orgulloso me siento de ser colombiano” a comer empanadas de US$4 dólares por unidad y a comprar camisetas, gorras, pines y otros souvenirs, muy al estilo de las fiestas en casa del Tío Sam. Celebran el Colombian Independence Day.

Colombianos en Northern Boulevard, en Queens, Nueva York. / Fotografía de Guillermo Mogollán para Queens Latino.

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Dizque hay 75 pre-pre-pre-precandidatos a la Presidencia de Colombia. Muchos se definen como independientes. Mauricio Lizcano, conocido de autos en esta región, fue uribista, santista y petrista. Calienta para ser vargasllerista, vickycista, fajardista o lo que toque. Por ahora recoge firmas porque se autopercibe independiente. En la última encuesta, publicada por Guarumo, aparece con el 0,5% de intención de voto. Me pareció desbordado. Al contralor departamental de Caldas le oí decir esta semana en radio que él es independiente. Usan independiente como apellido. Roy Barreras independiente, Armando Benedetti independiente, Gustavo Bolívar independiente. ¿Independientes de quién? Político independiente clasifica como oxímoron. El fantástico diccionario de María Moliner trae varias acepciones de independiente. Una de ellas dice que es la persona “a la que le gusta obrar por sí sola, sin unirse a otras o darles participación en lo que hace o cuenta de ello. También, a la que no necesita el afecto, la amistad”.

Independientes los gatos.

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De un tiempo para acá todo el mundo me resulta joven y entre tanta juventud noto que las nuevas generaciones no entienden qué es un Bombril. Si usted sabe identificar quién es un Bombril es porque usted, como yo, es del siglo pasado. Hago entonces una pausa pedagógica para los lectores jóvenes: Bombril es una marca de esponjillas que no tiene acabadero y hace años sacó un comercial en el que decía “dura más que un Bombril”. No se referían a Lizcano y su círculo inmediato viviendo del dinero público sino a los hijos que duran años en la casa de los papás, sin independizarse. Si usted es joven en situación Bombril es muy posible que el factor plata entre en la ecuación: independencia = plata.

Esta visión puede ser demasiado utilitarista-capitalista, pero noto múltiples relaciones entre el adjetivo independiente y el saldo en la cuenta de ahorros. Se necesita plata para independizarse pero al mismo tiempo tenemos “teatro independiente”, “medios independientes”, “artistas independientes”, “cine independiente”: gente con altas intenciones que muchas veces son inversamente proporcionales al tamaño de su billetera.

En ese sentido este medio, Barequeo, es super-hiper-mega-recontra-independiente.

Se habla de “político independiente” y “artista independiente” pero jamás de “banco independiente”.

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Independiente = no comercial = pobre, pero a veces también Independiente = sufrido. Lo saben los trabajadores independientes sin prima en julio ni en diciembre y los hinchas del Deportivo Independiente Medellín, uno de los equipos de fútbol de Antioquia, el departamento que a veces agita la bandera federal y amenaza con independizarse de Colombia. Como si fueran Panamá.

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Jaculatoria: que nunca nos falten la independencia del Banco de la República ni la de los jueces de la república. Que jamás tengamos jueces elegidos por voto popular. Amén.

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La independencia es un sueño. El adolescente sueña con independizarse de los papás. El Bombril sueña con ganar lo suficiente para independizarse. Los adultos soñamos con la independencia de sentirnos libres de deudas. Los trabajadores anhelamos la independencia que llegará con la jubilación. Las mujeres soñamos con la independencia que nos niega el patriarcado. Los ancianos sueñan con una salud que les permita mantenerse autónomos e independientes.

Los asalariados soñamos con lunes festivos para el descanso, pero este Día de la Independencia cayó en domingo. Se nos embolató este puente, como tal.

Florero de Llorente / Crédito: Museo de la Independencia.
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Autor

  • Manizales, 1974. Periodista, abogada y doctora en literatura. Autora de la novela El oído miope (Alfaguara, 2018) , el libro de cuentos El lugar de todos los muertos (Secretaría de Cultura de Caldas, 2018) y el relato juvenil Sakas (Matiz, 2023). Profesora en la Universidad de Manizales. Ha recibido tres veces el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Escribe columnas quincenales los martes en El Espectador. Dirige Barequeo.

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Directora Adriana Villegas Botero